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La Rioja es mundialmente famosa por sus vinos pero, junto con una de las Denominaciones de Origen más reconocidas a nivel internacional, la región cuenta también con un importante legado gastronómico que se sigue transmitiendo de generación en generación. Dentro de su oferta culinaria, destaca el chorizo riojano, un alimento que es sinónimo de calidad, sabor y origen y que también traspasa fronteras.

La IGP Chorizo Riojano, asociación en la que se integran las principales empresas productoras, se encarga de identificar aquellos productos elaborados siguiendo estrictos controles de calidad y de velar por mantener la mejor tradición charcutera.

No en vano, La Rioja destaca por la calidad de su carne magra, obtenida de cerdos criados en la región. Ello, combinado con ingredientes de cercanía como el ajo y el pimentón y con estrictos y cuidadosos procesos de calidad, arroja como resultado un producto de intenso sabor como el chorizo riojano.

Un proceso de Fabricación de Chorizo español en el que prima la calidad

El primer paso para la fabricación del mejor chorizo español es seleccionar las materias primas: carne y tocino. Este último debe ser consistente y la cantidad total no debe superar el 57% sobre sustancia seca.

Después, se trocean y pican las carnes y el tocino, se condimentan con sal fina seca, pimentón 100 % de categoría extra y ajo natural fresco y pelado. Se mezcla y se amasa en vacío, y se deja pre-madurar la pasta antes de su embutido al vacío en tripas naturales de cerdo. Por último, se procede al atado y pinchado, maduración, secado, etiquetado, y embalado.

Durante la maduración de nuestro chorizo riojano, evolucionan los caracteres sápidos y aromáticos de este tipo de chorizo, que determinan la calidad tradicional del chorizo riojano, así como su color, sabor y aromas característicos.

Este proceso de fabricación del chorizo español se lleva a cabo en instalaciones donde se controlan todas las fases: elaboración, maduración, secado y etiquetado, además de la calidad y tratamiento de las materias primas.

Las empresas que forman parte de la IGP Chorizo Riojano están firmemente comprometidas con este proceso para la consecución del sello de calidad y, con ello, refuerzan también el posicionamiento de un alimento que ya se ha convertido en universal.

El resultado de un minucioso proceso es un chorizo riojano de sabor intenso y persistente, con unas características organolépticas particulares que lo convierten en un alimento muy jugoso, equilibrado y con el punto justo de ajo, pimentón y sal.  Todo ello, con el sello de calidad IGP Chorizo Riojano, que garantiza la calidad, sabor y origen del producto.