Como puede que ya sepas, el Chorizo Riojano IGP es uno de los alimentos más tradicionales, ricos y naturales de la gastronomía riojana. No hay merienda o plato que no mejore con un buen trozo de nuestro mejor chorizo. Y no solo eso, porque un estudio de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España ha concluido que los embutidos curados tienen importantes propiedades nutricionales. ¿Quieres conocerlas?
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Los embutidos curados como el chorizo poseen un alto contenido en proteínas, en vitaminas del grupo B (B1, B3 y B12) y en minerales como el fósforo, el hierro y el zinc.
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La carne de cerdo que utilizamos para hacer el Chorizo Riojano IGP tiene un contenido limitado de colesterol. Si hablamos de embutidos curados corresponde a 72 mg de colesterol por cada 100 gramos. Por lo que si lo consumimos en cantidades adecuadas y en frecuencias apropiadas, encajan a la perfección con una dieta equilibrada. De hecho, los embutidos curados como el chorizo tienen una cantidad de colesterol parecida a la merluza.
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Aunque los embutidos curados contienen alrededor de un 30% de grasa, la mayoría de esta es insaturada. Y en su conjunto, la composición de ácidos grasos se acerca mucho al perfil lipídico recomendado en una alimentación saludable.
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Y si hablamos de sal, aunque se utiliza en los embutidos curados para inhibir el crecimiento microbiano o impedir su deterioro, en los últimos años se ha investigado mucho para reducir el contenido de sodio de estos productos. Tanto es así que consumidos en una cantidad y en una frecuencia adecuadas, los embutidos curados no suponen un aporte significativo de sodio a nuestra dieta.
Si a todo esto le unimos unos ingredientes 100% naturales y la experiencia de nuestros artesanos más sabios, podemos decir que el Chorizo Riojano IGP se ha convertido en un manjar insuperable. ¿A que ahora te apetece un poco?